Saltando a la fama

¿Te imaginas poner tu nombre en Google y encontrarte con que eres famoso, tienes un club de fans y además te has convertido en un icono sexual al más puro estilo Rocco Siffredi?

Allison Stokke se ha convertido sin quererlo en la chica de moda de Internet: 18 años, universitaria, saltadora de pértiga, guapa y muy atractiva. Demasiadas cualidades al acecho del género masculino. Fue precisamente en una de sus competiciones atléticas cuando fue fotografiada por un aficionado que más tarde publicaría sus fotos en la Red. Posteriormente otro blog (muy conocido por tierras americanas) se hizo eco de esas imágenes lo que provocó un efecto dominó. Actualmente existen más de 600.000 resultados al teclear su nombre en los buscadores, una entrevista colgada en YouTube ha sido visto por más de 550.000 personas y su grupo de fans en MySpace cuenta con más de 1.000 miembros.

Aunque parecía poco probable que un deporte como el salto de pértiga contase con tantos adeptos, en un primer momento Allison intentó ignorar el pequeño detalle de aparecer en unas pocas páginas de Internet. Tarde; la bola de nieve no hacía más que seguir creciendo: en la actualidad es reconocida en su ciudad allá por donde vaya, recibe cientos de mails anónimos y no se siente segura al salir de casa ante lo que pueda ocurrir. Además su brillante carrera deportiva se ha visto totalmente eclipsada.

Algunos de los causantes de esta repentina fama, como la página web de su club de fans, han pedido perdón. Pero lejos de arreglar la situación, ésta no ha hecho sino empeorar debido a la publicación de un artículo del diario The Washington Post recogiendo la noticia. Son las pequeñas cosas de la globalización y la ya sabida gran influencia de las TIC y los medios de comunicación. Lejos quedaron la intimidad, privacidad y respeto por las personas. Una brillante carrera deportiva eclipsada por unas cuantas fotos. ¿Justicia? Hace tiempo que se perdió...

Después de todo esto, ¿te sientes con ánimo de seguir publicando temas personales en Internet? Prueba a escribir tu nombre y a ver qué pasa... Quizás, sin saberlo, te hayas convertido ya en la nueva sensación erótica del ciberespacio...