La Navidad calienta motores... Los repetitivos anuncios de juguetes, las cegadoras lucecitas de las calles, las insoportables cancioncillas y demás costumbres típicas se van adueñando poco a poco de nuestras vidas. Este blog no quiere ser menos y también pone su granito de arena, contagiándose por el maravilloso espíritu navideño. The times they are a-changin' como diría
Bob Dylan, pero la Navidad, no. Año tras año las costumbres se mantienen sin apenas cambios.
El día 22, el sorteo de la Lotería. Millones y millones de personas atentas duante varias horas a las melodiosas voces de los
niños de San Ildefonso. Al terminar, los dos bandos: por una parte, unos pocos desgraciados que exhiben su alegría tras haber ganado un buen puñado de euros; y por otra, una gran cantidad de desgraciados que envidiarán y maldecirán al anterior bando al ver sus sonrientes caras en los telediarios y periódicos. (Espero, algún día, pasar a formar parte del pimer grupo de desgraciados)
Tras haberse dado cuenta la mayoría de que se ha gastado la mitad de la paga en números no premiados (los boletos con la fecha de nacimiento de la infanta Leonor ó de título de Fernando Alonso, no tienen más probabilidades de ser premiados que el resto) es cuando empiezan lo que
son las fiestas en sí. Como si de un concurso americano de comida se tratara, toda la familia se reúne en torno a una gran mesa abarrotada por infinidad de platos. Es hora de recibir a todos aquellos que no has visto durante el resto del año y acordarse de aquellos que ya no están... (volviendo al tema de la lotería, ¿a dónde coño se ha ido el
calvo de Navidad?) Pero a medida que pasa la hora de la comida, la gente se suele olvidar de todo eso y es cuando empiezan las divertidas rencillas entre familiares, recordando viejas diputas...
El 31 de diciembre finaliza el año para dar paso a uno nuevo lleno de buenos propósitos. Después de descubrir quién es el más rápido tragando uvas en menos de un minuto, comienza la fiesta y el alcohol. Para muchos el recién estrenado año empieza con una buena resaca y viendo desde el sofá de sus casas el entretenido concurso de saltos de ski de Austria de
La 2...
De ahí hasta el día de Reyes tiene lugar la contrarreloj de la compra de regalos. Recorrer tienda tras tienda en busca de ese ansiado regalo para al final, lo de siempre: el regalo comodín, es decir, perfume para ellas y corbata para ellos.
Una vez pasado el día 6, "si te he visto, no me acuerdo" y cualquier rasgo navideño es inmediatemente eliminado.
Así que, si eres de los que disfruta de esta época como una chaval, ¡es tu hora! Si eres de los otros, ya sabes "si no puedes con ellos, únete". En cualquier caso y aunque todavía sea algo pronto, ZORIONAK ETA URTE BERRI ON! (o lo que es lo mismo, felicidades y buen año nuevo)