El día que nací

Toda persona recuerda el día de su nacimiento como uno de los más importantes de su vida (aunque nadie se acuerde exactamente lo que pasó). A pesar de ésto, el mundo no dejó de girar y siguió con su frenético ritmo; al fin y al cabo cada uno sólo es punto de los más de 6.000 millones que ocupan el planeta. Pero, ¿qué es exactamente lo que se movía en el ambiente?

Si quieres saber cúal era la portada de la revista Times, cúal era la canción de moda o a cúanto estaba la docena de huevos en EEUU, en Kakorama hallarás las respuesta a estas y otras preguntas.

Y si además te gustan los números y sientes interés por la astrología y otras culturas, Paul Sadowsky hará que te sientas aún más realizado en el camino hacia la búsqueda de tu "yo" personal.

Rompe las cadenas

Imagínate que suena el teléfono, dejas lo que estás haciendo para responder a la llamada y de repente cuelgan. Otra vez vuelve a pitar y de nuevo nadie responde. Y así una y otra vez... Un coñazo, ¿no?

Una estúpida analogía de lo que supone el spam y las cadenas de mails. Cada vez y con mayor frecuencia recibo más y más cantidad de correos electrónicos de los cuales la mayoría se podrían calificar de inútiles, repetitivos, molestos, predecibles, aburridos y porculeros. Basura. No sólo supone todo ésto, sino que además afecta a la seguridad. Al final se convierte en un círculo vicioso: un mail cadena contiene una serie de direcciones que pueden ser utilizadas para enviar spam y así una otra vez; como una bola de nieve que se va haciendo más y más grande.

Unos cuantos años de conexión a Internet sirven a uno para darse cuenta de ciertas cosas. MSN no me va a cerrar la cuenta de Hotmail, no existe ningún niño en algún remoto país que se vaya a morir a causa de una rara enfermedad (y en caso de que lo haya, no voy a ingresar dinero en cuenta alguna), no me va a pasar nada por beber un refresco directamente del envase, es improbable que un jeringuilla me vaya a infectar con el virus del SIDA al tomar asiento en la butaca del cine, no se ha demostrado que un grupo de musulmanes haya vertido ninguna sustancia en las latas de Coca Cola por la que pueda morir envenenado, nunca recibiré un mail premiado con un millón de euros y no follaré más por reenviar ningún correo. Además, no serás mejor amigo mío por mandarme una presentación hablando sobre lo maravilloso de la amistad y del amor (de hecho te odiaré un poco más), los chistes no tienen ni pizca de gracia y (por el momento) no necesito ni drogas ni cualquier tipo de estimulante sexual.

Por cierto, si eres una persona de bien, avisa a todos tus amigos, conocidos y familiares sobre la existencia de este blog, de lo contrario, años de penurias y mala suerte te acompañarán en lo que resta de vida.

Lo que no mata, engorda

La obesidad ha sido definida mayor epidemia del siglo XXI. Pero, ¿quién es el culpable, el consumidor o las compañías de comida basura?

Muy en la línea de los documentales-críticas de Michael Moore, Morgan Spurlock dirige "Super Size Me". En un principio, la película es una reflexión sobre quién es el responsable de esta enfermedad para finalmente convertirse en un experimento de hasta dónde pueden llegar los efectos de la comida rápida, con el propio director como actor y conejillo de indias y la franquicia McDonald`s como protagonista no invitado.

Morgan respeta en todo momento los siguientes mandamientos:

1. Desayunar, comer y cenar en McDonald`s durante un mes.
2. Probar cada uno de los productos ofertados.
3. Tomar raciones de tamaño gigante siempre que se le pregunte por ello.

Como consecuencia, el deterioro de salud y acojono de nuestro querido amigo aumenta de forma espectacular; tanto que él y los médicos que le atienden se sorprenden de los resultados de las pruebas a lo largo de los 30 días: 14 Kg de subida de peso, daño del hígado (al nivel de un alcohólico), fatiga, mareos, cambios de humor, doble riesgo de sufrir infarto...

Además de todo ésto, "Super Size Me" se adentra en la cultura y sociedad estadounidense y de cómo la industria de la comida rápida lo inunda todo. De todo ello destaca Don Gorske el que, sin miedo a equivocarse, puede decirse que es el gran héroe americano. Un fanático de las hamburguesas, con el récord Guinness de 20.000 hamburguesas zampadas en 35 años y aún así conservando un tipito envidiable.

Por favor, no lo intenten en casa.

JukeBox: Hurt (Johnny Cash)

Las modas pasan y al final sólo la música buena es la que permanece inalterable a lo largo del tiempo. O es que, ¿acaso serías capaz de decir más de 2 nombres de la tercera edición de Operación Triunfo? ¿y qué fue de aquel cantaba esa maldita canción del verano que sonaba a todas horas?

Esta nueva sección, JukeBox , pretende recoger algunos de esos temas que todo ser humano debería escuchar antes de pasar a mejor vida. ¿Sabes la típica escena de película americana en las que el típico guaperas sale a bailar con la rubia más buena del instituto al son de una ñoña canción reproducida por una vieja máquina? Pues eso es un JukeBox (literalmente "caja de música").

El tema que va a inaugurar este apartado va a ser "Hurt" de Johnny Cash, aunque no fue él quien lo compuso. El autor original es Trent Reznor (líder de Nine Inch Nails), aunque en este caso la nueva versión supera a la antigua. La letra, en el momento de ser escrita, hablaba sobre el tema de las drogas aunque más tarde Johnny le dio otro enfoque.

Desde el punto de vista musical la canción es de lo más simple: basta una guitarra, un piano y la vieja voz del cantante country. La letra se encarga del resto, convirtiendo a "Hurt" en un tema triste y deprimente cargado de emocionalidad.

Hoy me herí a mí mismo hoy / para ver si aún siento / me concentro en el dolor / lo único que es real / la aguja desgarra el agujero / ese viejo aguijón familiar / trata de matarlo todo / pero yo recuerdo todo

¿En qué me he convertido? / mi amigo más dulce / cada persona que conozco / se aleja al final / tu podrías tenerlo todo / mi imperio de suciedad / yo te decepcionaré / yo te causaré dolor

Llevo esta corona de espinas / en mi silla de mentiroso / lleno de pensamientos rotos / que no puedo reparar / bajo la mancha del tiempo / el sentimiento desaparece / tú eres alguien más / yo estoy aquí todavía

¿En qué me he convertido? / mi amigo más dulce / cada persona que conozco / se aleja al final / tu podrías tenerlo todo / mi imperio de suciedad / yo te decepcionaré / yo te causaré dolor

Si pudiera comenzar de nuevo / a un millón de millas de distancia

yo aguantaría / yo encontraría un camino

Hace poco la marca deportiva Nike lanzó una campaña publicitaria bajo el lema "A little less hurt" (un poco menos de dolor) con la música de Johnny Cash de fondo. El resultado es el siguiente...

No logo

¿Dónde quedó eso de "Prohibido fijar carteles"? La publicidad ya lo invade todo: paradas de autobuses, fachadas de edificios, medios de comunicación... De hecho se podría decir que el lucir marcas y logos nos convierte también en publicidad andante.

De Francia (y siguiendo con otros grupos ya comentados como las protestas contra el contrato laboral de Villepin o Les Enfants de Don Quichotte), llega un movimiento con el propósito de hacer frente a la publicidad masiva del país galo. Se hacen llamar algo así como embadurnadores. Desde 2003, por medio de Internet y valiéndose de unos cuantos botes de spray, un conjunto de personas se manifiestan contra cualquier tipo de mensaje publicitario.

Pero no son los únicos. Además existen algunos más, como son Casseurs de Pub, organizando llamamientos como por ejemplo, la "Semana sin tele" ó "Jornada sin compras"; Paysages de France posicionándose en contra de los inmensos carteles de 50 x 70 que inundan las carreteras y paisajes ó la Resistencia a la Agresión Publicitaria (RAP), entre otros.

¿Consumidos por el consumismo?