Si algo puede salir mal...

No llevar paraguas y justo empezar a llover, irse la luz sin haber guardado el trabajo del ordenador, visitar al señor Roca y quedarse sin papel de culo...

Puto Murphy... No me refiero ni al actor cómico (muy malo por cierto), ni al cantante folk, ni tampoco a la cerveza irlandesa. Seguro que conoces las famosas leyes ideadas por él pero, ¿quién fue y cómo surgieron?

Como no podía ser de otra manera, estas leyes surgieron de actividades relacionadas con la ingeniería. A mediados del siglo XX se realizaron en una base aérea de Estados Unidos una serie de experimentos con cohetes sobre rieles con la intención de probar la resistencia humana a las fuerzas g durante una desaceleración rápida. Tras algunas pruebas, el ingeniero Edward A. Murphy Jr propuso modificar el sistema de medición por otro más preciso basado en medidores electrónicos. Sin embargo, a pesar del cambio, en tests posteriores los sensores dieron una lectura cero. Causa del error: la colocación al revés de dichos sensores. La frustración y enfado de Murphy acabó derivando en el archiconocido "si algo tiene que salir mal, saldrá mal".

En la conferencia de prensa de esa investigación es cuando salió a la luz la susodicha frase. Más tarde fue citada por algunos autores de libros de tecnología y ciencia ficción, para posteriormente convertirse casi en el undécimo mandamiento y máxima a tener en cuenta por todo ser humano. La filosofía de estas leyes se han extendido hacia otros ámbitos existiendo para cada uno de ellos una gran cantidad de postulados.

¿Se puede hacer algo contra estas leyes? Rotundamente no. Baja la cabeza, asúmelo y da gracias a Dios (en caso de que exista) de que, por lo menos, las cosas pudieron ser peor.